El concepto del lugar común de Socialismo se ha pintado al venezolano de una forma idílica, de manera que el ciudadano de a pie o, como dicen ellos, El Pueblo lo ponga en su boca como algo bueno, porque es humanista, porque su centro es el hombre, porque quiere salvar al planeta tierra de la destrucción que provoca el capitalismo. Muy pocos saben que el camino que pavimenta el socialismo, será para una sociedad utópica llamada comunista. Esto no le gusta mucho al venezolano que sabe muchas historias de allá de Cuba, y es cuando vienen los maduristas y corrigen: -no, vale, no, el socialismo de nosotros es autóctono, no tiene nada que ver con el cubano- vale la pena, tomarla en el aire y replicar: -si es así como usted dice ¿por qué se le jala tantas bolas y se lanzan tantas vivas a Fidel y a Cuba?- El resultado serán: -grillos-. Pruebelo en casa. Desarmará a más de un chavista calenturiento.
En el supuesto que, me pregunten si quiero salvar al mundo y a la raza humana ¿Cuál sería mi respuesta?, por Dios!!! ¿Quién en su sano juicio no suscribiría eso? Es la falacia del falso dilema. Si no suscribes esto, estás en contra de la raza humana y del planeta. Se dejan de lado otras respuestas para que, en caso de que no sean suscritas, se pueda destruir a la persona con el argumento ad hominen. Un par de ejemplos serían los siguientes:
«¿Reelegirá usted al partido en el gobierno, o le dará alas a la ultraderecha?»
«¿Está usted con nosotros, o con las fuerzas del mal?»
O pueden formularse como sentencias de hecho:
«Mi oponente votó contra el incremento del presupuesto para
educación pública. Debe pensar que educar a nuestros hijos no es
importante.»
«Nadie gana a menos que todo el mundo gane.»
«Estás con nosotros o estás contra nosotros.»
«En nuestra búsqueda de progreso económico y político todos subiremos, o bien todos bajaremos.»
«Las bandas violentas se han adueñado de las calles, así que debemos incrementar la presencia policial o dejar que huyan.»
En todos muchos casos, los vendedores de sofístería barata del siglo XXI hechan mano de estos elementos para provocar un rechazo inmediato a otras salidas que han demostrado su efectividad a lo largo de la historia de la humanidad. Hay que tener cuidado con suscribir o endosar la totalidad de nuestras libertades en haras de un mundo idílico o un bien común que poco saben que es, y algunos llevan más de 50 años esperandolo.
El socialismo busca coartar las libertades del individuo justificando las prohibiciones, reglamentaciones, alcabalas, directrices porque así están contribuyendo a que no desaparezca la vida en la tierra y previenen el calentamiento global. En realidad se implementa un sistema que asfixia lentamente las relaciones voluntarias entre los individuos, las libertades individuales, la creatividad y la libre empresarialidad. El cuento termina con la ruina total de un país. Triste
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